Este fin de semana lo hemos tenido muy movido. Empezando por el jueves que Dani terminó de podar los arboles del campo. El viernes por la tarde, Dani vino temprano de trabajar y fuimos al campo de los lúpulos a empezar a poner los alambres. Yo conduzco el tractor a 2 K/h mientras Dani, subido en una plataforma agarrada al tractor, va colocando los alambres que, después irán sujetos al suelo para que, el lúpulo al crecer se enrolle en el. La verdad es que es bastante aburrido, porque no se puede hacer nada, ni escuchar música, ni distraerte con nada, solo conducir y estar pendiente de ir siempre derecho por la raya y de lo que diga Dani, si paro o avanzo. Danielle va normalmente sentada en mi regazo mientras conduzco el tractor y para distraernos le cuento los cuentos de toda la vida, a veces aliñados con situaciones de su vida o incluso, mezclándolos entre si. El viernes hicimos 3 rayas en una hora, el sábado 5 más y hoy, que hemos estado toda la tarde, hemos hecho 12, en el campo que tenemos detrás del vivero de Fritz.Esta mañana, Dani se dedicó a retirar los palos que cambió ayer con su amigo Manfred de Guntalingen. En concreto fueron dos, los de las esquinas de la parte delantera. Se habían partido por donde está sujeto el cable porque, un astuto pájaro carpintero había echo allí su nido. Dani me estuvo enseñando ayer el palo antiguo con el boquete hecho por el pájaro y el nido en el interior.
Esta tarde poco antes de terminar, hemos visto a los dos afanados carpinterillos, como revoloteaban al rededor de los nuevos palos, buscando extrañados su desaparecido hogar.
