Las fresas

Cuando yo era pequeña, a mi padre le solian regalar cajas de fresas. Eran de esos fresonen gordos de huelva y a mi me encantaba comerlos antes de la comida solos, asi tal cual los encontraba en la caja.
Ahora tengo mis propias plantas de fresas. Las compramos el año hace dos veranos en un vivero de Arbon, cerca del lago Konstanz. Yo misma las planté en nuestro campo, alineadas en dos filas. Eran de dos clases diferentes, así que las dispuse cada clase en una fila.
Durante el invierno la planta permanece dormida, de color verde y con aspecto mustio, pero al llegar la primavera se realza y se aviva. Normalmente aquí, no es hasta primeros de junio cuando empieza a dar fruto.
Para reproducirse, ella misma crea unas especie de cintas que se asientan en la tierra al rededor de la planta madre y de ahí sale una nueva planta, y así va invadiendo todo lo que le rodea.
Hoy he estado arreglando mis fresas. Se trata de arrancarle la mala hierva y las hijas que la misma planta a producido, dejando solo la planta madre y alguna de las nuevas para cubrir los huecos de las antiguas que se perdieron. Se remueve la tierra y se le quita también, la paja antigua que se le puso el año pasado para que la fresa no se manchase de barro.
Solo me ha dado tiempo ha hacer, la parte de fuera de una fila, mañana si hace bueno seguiré.
Hemos tenido un día precioso de sol.