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Unterstammheim, Zürich, Switzerland
Ich heisse Curri Frei Guille und bin mit Daniel Frei verheiratet. Wir haben eine Tochter, Danielle, und wohnen in Unterstammheim. Ich komme aus Málaga und lebe seit 2005 in der Schweiz. In Málaga besuchte ich während 5 Jahren die Kunstschule San Telmo und absolvierte so meine Ausbildung als Zeichnerin. Später gründete ich mein eigens Graphik Studio für Infografien (dreidimensionale Darstellungen von Gebäuden im Computer) und Multimedia design. Seitdem ich in der Schweiz wohnhaft bin, habe ich mich der Malerei, insbesondere der Aquarellmalerei, gewidmet. Zum Anfang besuchte ich diverse Kurse bei Maja Druey in Andelfingen. Aktuell bilde ich mich im Kurs von Heinz Hildebrand in Stein am Rhein weiter.

viernes, 17 de julio de 2009

Una semana de cosecha.



Ya cada semana voy recogiendo más cositas de mi huerto. La semana pasada debía empezar ya a recoger frambuesas pero, este año al parecer no hay tantas. Otra vez tienen esos hongos del año pasado y se pudren antes de madurar, aunque si se pueden coger algunas y lo bueno es, que la frambuesa va saliendo poco a poco o sea, que cada día voy cogiendo las que hay y las voy congelando hasta que tenga suficientes para hacer mermelada o jarabe o lo que se tercie.



El martes terminé por fin con las grosellas. Aun quedaba un arbusto por vaciar, así que me llevé a los niños al campo con las bicis y mientras ellos jugaban, yo me dedique a coger hasta la última grosella que quedaba. Mi amiga y vecina Sandra me estuvo ayudando después a desgranarlas, mientras los niños se bañaban en pequeña piscina de platico que les coloqué en el jardín. No eran muchas esta vez y acabamos enseguida. Congelé 4 bolsitas de 250g y el resto las dejé reposando para hacer jarabe. Esa misma tarde me di una vuelta por el huerto del jardín y cogí los primeros tres pepinos que tenían ya un tamaño considerable. Y algunos tomatitos cherry que Danielle se comió para cenar. Lo más bonito del martes fue cuando vi las flores que habían salido de la Fresia, ¡Por fin!



Ayer estuve en el huerto del campo que verdaderamente le hacía falta un repaso. Estaba todo poblado de hierba mala, tanta que mis plantas casi no se veían. Lo bueno es que tan grandes son más fáciles de quitar, además como estaba la tierra muy mojada, pues mucho mejor. Al llegar no sabía por dónde empezar y dando una vuelta me acordé de los ajos, aquellos que habíamos plantado en el otoño. Cuando el ajo está maduro para cogerlo, el tallo se seca y se queda todo mustio por el suelo. La hierba mala había crecido tanto que ya no se veían los tallos. Empecé a escarbar y quitar la hierba y encontré un montón de ajos enormes, los más grandes que he tenido. Obviamente, estaban todos llenos de tierra y muy sucios, así que antes de ponerlos a secar los lavé muy bien bajo el chorro de agua y los puse en una caja que coloqué en un lugar donde les diera el sol. Poco antes de volver a casa llegó Dani y juntos nos pusimos a recoger todas las judías, que ya estaban listas, 2,5 Kg. Aún quedan unas pocas para la próxima semana.



La anécdota de la semana es que mi suegra, pidió que la llevaran a la peluquería y se ha pintado el pelo. Dice que ya estaba harta de pelo blanco y quería variar. La mujer tiene 84 años, el año pasado por esas fechas, después de algunas complicaciones por una operación que le hicieron, la pobre se echó a morir. Decía que ya estaba cansada y que no tenía fuerzas para seguir. Estuvo en una residencia especial para enfermos terminales, en su casa dos semanas poco antes de navidad y finalmente la trasladaron a Sankt Katharinental donde ha ido recuperándose muy lentamente. Hace cosa de dos meses le dio una hemiplejia y ahora no puede mover la mitad de su cuerpo. Pero su cabeza está perfectamente y dentro de sus posibilidades, que son muy pocas aun tiene ganas de dar paseos o de ir a la peluquería por ejemplo.

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