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Unterstammheim, Zürich, Switzerland
Ich heisse Curri Frei Guille und bin mit Daniel Frei verheiratet. Wir haben eine Tochter, Danielle, und wohnen in Unterstammheim. Ich komme aus Málaga und lebe seit 2005 in der Schweiz. In Málaga besuchte ich während 5 Jahren die Kunstschule San Telmo und absolvierte so meine Ausbildung als Zeichnerin. Später gründete ich mein eigens Graphik Studio für Infografien (dreidimensionale Darstellungen von Gebäuden im Computer) und Multimedia design. Seitdem ich in der Schweiz wohnhaft bin, habe ich mich der Malerei, insbesondere der Aquarellmalerei, gewidmet. Zum Anfang besuchte ich diverse Kurse bei Maja Druey in Andelfingen. Aktuell bilde ich mich im Kurs von Heinz Hildebrand in Stein am Rhein weiter.

sábado, 29 de agosto de 2009

Tiempo de cosecha. (click ver fotos)


Ya se ven las maquinas cosechadoras de maíz trabajando por los campos. En el Lagerhaus, que es donde los agricultores llevan los productos de sus cultivan para venderlos, están ahora con las patatas y Sumi dice que este año la vendimia se adelantará a finales de septiembre.

La maquina desgranadora de lúpulo ya está en marcha. Se respira en el ambiente, desde las 6 de la mañana a las 5 de la tarde trabaja sin parar y se la oye desde cualquier rincón del valle. Esta época del año me encanta. Mi casa huele a lúpulos y yo diría que el pueblo entero. Tenemos buen tiempo todavía aunque un poco más fresco, ya el otoño se asoma y los arboles del bosque empiezan a cambiar de color.

Dani tiene vacaciones y en las próximas dos semanas, deberá cosechar el lúpulo de nuestros campos, desgranarlo, secarlo y empaquetarlo para vender. También colabora con los otros agricultores en sus cosechas. El tiene un carro recolector de lúpulos especial y además del suyo recolecta el de algunos de los otros agricultores que forman la cooperativa. Son cinco en total, juntos tienen la maquina desgranadora de lúpulo. Todos se ponen de acuerdo en cuando van a hacer la cosecha, que normalmente dura entre una semana y diez días. Durante ese tiempo hacen turnos para utilizarla y cada uno se busca sus propios ayudantes. Hay quien lo hace con los aprendices que tiene a su cargo otros echan mano de la familia, en realidad no hace falta mucha gente, solo una persona que la coja la rama del montón y se la dé a otra para que la ponga en la maquina.

Las pequeñas flores de lúpulo que salen van a parar a un carro y este las lleva al horno correspondiente para su secado. Hay varios agricultores que los tienen entre ellos Dani, en la que nosotros llamamos “la casa de los lúpulos” detrás del secadero de tabaco. El seca y empaqueta allí los nuestros y los de Karthausen. Hoy he estado yo ayudándole, el me daba las ramas que yo iba enganchando en la maquina.

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