Jornada de puestas abiertas

Hoy como cada año, las empresas de este pueblo, se han lavado la cara y puesto sus mejores galas para enseñarnos a todos a que se dedican.
Es un acontecimiento que no suele repetirse a menudo, en realidad es solo una vez al año cuando, tienes la ocasión de ver gente por las calles.
La panadería puso un puesto de helados en la calle, cuyos barquillos hacían sobre la marcha. El carnicero volvió a convertir su salón, en lo que antaño fue un concurrido restaurante. El club de tiro encendió la barbacoa y nos ofrecía filetes al grill con patatas fritas o ensalada y un grupo de señoras improvisaron un Brocki en un local de Senergasse. Un Brocki no es otra cosa que una tienda de objetos de segunda mano, donde puedes encontrar de todo, antiguo o viejo y las cosas mas variopintas.
Mi amiga Susanne y su hija Nelle vinieron a saludarnos esta mañana, mientras estábamos desayunando y cuando acabamos, Danielle y yo nos fuimos con ella a dar una vuelta por el pueblo.
Ella venia a ver todo lo que aquí acontecía, pero sobre todo a visitar a su amigo y colega Freddi, que tiene el vivero de Senergasse.
Allí me compré cuatro plantitas muy bonitas. Le dije a Susanne lo que quería hacer y ella, me fué aconsejando que plantas eran buenas para ello.
Cuando ella se fue a su casa, a eso del medio día, Danielle y yo nos fuimos en las bicis al campo. De un barreño de obra que tiene Dani allí lleno de grava, me dediqué a coger piedrecitas blancas, todas las que veía.
Cuando volví a la casa, preparé una maceta redonda, grande pero bajita, con una mezcla que Dani me dijo el año pasado. Es 1/3 de arena, 1/3 de turba y 1/3 de tierra del jardín. Todo mezclado se pone un poco en el fondo de la maceta, se sacan las plantas de sus tiestos y tal cual como salen, se colocan en la maceta grande. Se termina de rellenar la maceta con la mezcla, se riega para que asiente y finalmente se le ponen los guijarros para adornar.
La verdad es que hemos pasado un buen día.