Cuando volví de las vacaciones de navidad, sobre la mesa de la cocina, encontré unos regalitos que Dani me había comprado. Eran dos plantas una orquídea pequeñita y una Amarilis, con flores grandes y hermosas. El regalo me encantó desde luego aunque presagiaba lo que yo me temía, las plantas de mi oficina habían muerto. Gracias a Dios no todas, aunque el estado de las que quedaban era bastante lamentable.
Tenía una orquídea blanca grande, que compre en octubre en el Blumen café, cerca de Waltalingen, esa ya estaba moribunda antes de navidad, con lo que yo sabía que no duraría mucho. Creo que Dani pensó que él la había matado y por eso me compró otra. Más tarde fui comprando las demás, el helecho y las otras y en mayo traje la de mi madre. La orquídea perdió las flores más o menos al mes o así y ahí pensé que la perdería como a las demás. Siempre me ha resultado que era una planta demasiado delicada aunque, he visto que aquí casi todo el mundo las tiene. Seguí regándola regularmente como a las demás y vi que las hojas no se marchitaban, seguía viva y hace como dos meses de la rama que antes tenía flores de pronto empezó a brotar otra que más tarde se llenó de flores también. Cada vez que la veo me llena de orgullo comprobar que, no solo he conseguido mantenerla con vida sino que además, ha vuelto a tener flores.
La Amarilis perdió las flores poco después de tenerla y algunas hojas se secaron, quedándole solo dos muy largas. Dani y Susanne me dijeron que no pasaba nada, que era normal, que debía seguir echándole un poquito de agua hasta agosto y que cuando perdiera esas dos hojas, la pusiera en el sótano hasta octubre, que después volvería a rebrotar y a tener flores otra vez. De momento sigue ahí con sus dos hojas larguísimas todavía verdes y la verdad es que no se qué hacer con ella, si dejarla como está o llevarla al sótano.
La que me traje de Málaga, los esquejes que cogí de lengua de tigre, han tenido muchos hijitos, de cada hoja que planté han nacido 2 o 3 hojas nuevas y la verdad, es que está muy bonita. Recuerdo que cuando vivía en Málaga nunca conseguí que una planta viviera más de un mes bajo mis cuidados. Solo una maceta muy grande que había en mi dormitorio y a la que, de ven en cuando, echaba un vaso de agua.
Esta mañana he salido a recoger algunas cosillas que tenía en el huerto de aquí, otra berenjena, algunos pimientos un calabacín, pepinos y algunos tomatitos sherry. Y con ello he hecho un plato muy usual por estas tierras, el ratatouille cuya receta he sacado de uno de los cuadernos de Betty Bossi.
Receta de Ratatouille.
En una sartén honda poner a calentar 30g de aceite de oliva y a continuación Cortar a dados e ir incorporando a la sartén 1 cebolla mediana, 1 diente de ajo grande, 1 zanahoria grande en rodajas, 1 pimiento rojo, 1 pimiento verde, 1 calabacín mediano y una berenjena mediana y 2 tomates o tomatitos Scherry. Ir rehogando todo a medida que se va echando a la sartén y continuar 10 minutos más. Por último añadir 1 dl de nata, 1 caldito de verduras y 1 Cc. de tomillo dejar cocer a fuego medio otros 10 min. Removiendo de vez en cuando.
Realizado por
- Curri Guille
- Unterstammheim, Zürich, Switzerland
- Ich heisse Curri Frei Guille und bin mit Daniel Frei verheiratet. Wir haben eine Tochter, Danielle, und wohnen in Unterstammheim. Ich komme aus Málaga und lebe seit 2005 in der Schweiz. In Málaga besuchte ich während 5 Jahren die Kunstschule San Telmo und absolvierte so meine Ausbildung als Zeichnerin. Später gründete ich mein eigens Graphik Studio für Infografien (dreidimensionale Darstellungen von Gebäuden im Computer) und Multimedia design. Seitdem ich in der Schweiz wohnhaft bin, habe ich mich der Malerei, insbesondere der Aquarellmalerei, gewidmet. Zum Anfang besuchte ich diverse Kurse bei Maja Druey in Andelfingen. Aktuell bilde ich mich im Kurs von Heinz Hildebrand in Stein am Rhein weiter.
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